El equilibrio es extremadamente importante en el running, pero también es algo que los runners no deben tomar por hecho. Una de las razones los seres humanos no pueden correr hasta que tienen 2 años es porque no tienen todavía el equilibrio necesario.
Piénsalo: Cuando corres, estás en el aire o con un sólo pie en el suelo todo el tiempo, y tu centro de gravedad o punto de balance, está moviéndose hacia adelante constantemente. Sólo la mitad de la energía que usa tu cuerpo para correr se va directamente a la propulsión hacia adelante. La otra mitad se va hacia prevenir que te caigas.
Necesitas dos cosas para evitar caerte cada vez que tu pie golpea el suelo al correr: estabilidad y equilibrio. Suenan como sinónimos pero en este caso no lo son. La estabilidad se refiere al estado del cuerpo donde se requiere muy poco balance activo.
Viene de la alineación de tu cuerpo mientras que tu pie toca el suelo y la habilidad de los músculos que trabajan para prevenir que las articulaciones colapsen con el impacto. El equilibrio se refiere a la habilidad neuromuscular de activar los músculos y ajustar la alineación del cuerpo para mantenerte erguido. Viene de la habilidad para anticipar y reaccionar a retos del equilibrio postural del cuerpo.
Expertos en running hablan mucho de estabilidad y cómo mejorarla, pero no hablan mucho de equilibrio. Obviamente, estos dos atributos son interdependientes. Entre más estable seas, menos equilibrio necesitas.
Al utilizar los zapatos adecuados, dar bien los pasos y fortalecer tus músculos estabilizadores, puedes incrementar tu estabilidad como corredor y reducir energía que tienes para darle mantenimiento al equilibrio.
La esencia del equilibrio es, después de todo, la relajación. Considera el ejemplo de pararse en una tabla sobre el agua. La primera vez que lo haces, derrocharás tremendas cantidades de energía para tensar los músculos de todo tu cuerpo en un esfuerzo para mantenerte en pie, porque tu cuerpo aún no ha aprendido a anticipar y reaccionar a los retos de equilibrio a tu alrededor.
Pero después de haberlo hecho varias veces, no sólo tendrás mucho más éxito en mantenerte en pie, sino que lo harás con mucho menos dedicación y energía. Te sentirás y estarás más relajado sobre la tabla. Correr es igual. Entre mejor es tu equilibrio, corres más relajado y serás capaz de correr más rápido con la misma cantidad de dedicación y energía en la tarea.
Entonces, ¿cómo mejoras tu equilibrio? Fácil. Como tip te recomendamos salir de las calles ocasionalmente y corre a campo traviesa. También corre descalzo si puedes. Esto mejorará tu balance mientras corres, sin necesidad de hacer “ejercicios de balance” aparte de correr.
También puedes entrenar incorporando ejercicios que pongan a prueba tu equilibrio dentro del entrenamiento que ya haces. Por ejemplo, sentadillas con una sola pierna. Finalmente, puedes agregar uno o dos ejercicios de balance a tus ejercicios existentes, tales como pararte sobre una tabla de equilibrio.