A los 30 minutos de empezar a correr se produce una elevación de la temperatura de 1,5ºC y a partir de ahí se empieza a poner en marcha unos mecanismos, como la producción de sudor. Cuando la temperatura ambiental es alta, a partir de 35ºC, la perdida de calor por radiación disminuye.
Antes de que suba la temperatura corporal, el cerebro manda una serie de mensajes de alerta para evitar que la temperatura corporal siga subiendo. Esto quiere decir, que al correr con calor aparece una sensación de fatiga que nos hace correr más lentos para que la temperatura corporal no suba en exceso, al fin y al cabo, lo que ocurres es que hay un incremento de los min/km.
Pero la temperatura no es el único factor que no afecta, ya que existen la humedad, el sol, o el viento, así que lo ideal es correr con viento ligero, con baja humedad y con un cielo ligeramente nublado.
Cuando corremos en climas calurosos, es necesario que mayor cantidad de sangre sea bombeada hacia la piel, por lo que el corazón comenzará a latir más rápidamente para bombear más, e inevitablemente menos sangre llegará a nuestros músculos.
Esta mayor cantidad de latidos resulta insuficiente para compensar el adecuado volumen sanguíneo por lo que el corazón trabajo en exceso, afectando nuestro rendimiento.
Una investigación realizada por la universidad estadounidense de Dayton, establece que:
En términos generales, la diferencia de rendimiento entre correr con calor y con temperaturas más frías está en torno al 13,65%, si bien la diferencia entre sexos es más que notable. Y es que los resultados de este estudio revelaron que mientras las mujeres reducen su rendimiento entre el 9 y el 11%, los hombres lo reducen entre un 14 y 15%.
Pero esta investigación nos deja más datos curiosos, toda vez que analiza otros parámetros que pueden resultar reveladores. Uno de ellos es que en las carreras con calor, el ritmo del inicio de carrera es mayor que en aquellas en las que la temperatura es más suave, y esto ocurre en todo tipo de corredores, sin importar nivel género o sexo.
Asimismo, se nos pone de manifiesto la mayor capacidad de las mujeres para mantener un ritmo constante, mientras que los hombres tienen más altibajos en su ritmo a lo largo de la carrera, algo que según los responsables del estudio podría deberse a una estrategia metabólica más eficiente.
Esto se traduce en que los corredores suelen cansarse antes que las mujeres, por lo que estas suelen recortar las diferencias de rendimiento con los hombres en la última parte de la carrera. De estos resultados se extrapola que las mujeres tienen un metabolismo más preparado para las carreras de resistencia que para carreras más cortas.
Por ende, en caso de tener que competir en altas temperaturas deberemos aceptar que inevitablemente nuestro rendimiento se verá afectado, por lo que es necesario fijarse objetivos para estas temporadas, así como conocer algunos consejos para correr en calor