Echar la hueva después del maratón es tan importante como un buen entrenamiento
Después de una carrera en la que hemos puesto a prueba nuestro cuerpo y nuestro entrenamiento es muy importante tener un plan de recuperación. Si bien no se trata de un esquema estricto en el que iremos de menos a más hasta que logremos nuevamente estar listos para una maratón, hay que tomar en cuenta varias cosas que sucedieron en tu cuerpo durante la carrera para entender la magnitud del esfuerzo y la importancia del descanso.
Menos del 1% de la población ha terminado un maratón
Aunque el día de la carrera parezca que todos los habitantes del país están ahí, la realidad es que se inscriben muy pocos y terminan muchos menos.
Por ejemplo: este año, en el Maratón CDMX se registraron cerca de 40 mil personas, pero sólo acabaron 25 mil.
Porque en realidad no todos tienen ese exceso de amor propio (o su total carencia) para cargar sus problemas personales y su humanidad durante más de 21 kilómetros.
¡Piensa en tus músculos!
Durante los 42,000 metros, el músculo esquelético sufre desgarres e inflamación. Podrías tardar hasta dos semanas para que tus músculos puedan recuperar completamente su fuerza. Así que no estás para ponerte a hacer un esfuerzo considerable, ni romper tu repetición máxima de backsquat, tampoco es momento de realizar un ejercicio de intervalos.
Además, el dolor que sentirás en las piernas es el ácido láctico acumulado y podríamos resumirlo en tres grados de dolor:
- Día 1 y 2: “Mátenme por favor”
- Los primeros dos días sirven para que recuerdes que eres insignificante a pesar de haber corrido una gran distancia. Las escaleras te odian, nadie te cederá lugar en el transporte público, ir al baño es un suplicio.
- Días 3 al 5: “Creo que ya puedo…” (5 minutos después) “oquey no pude”
- Cuando sientas una pequeña mejoría seguro intentarás regresar al entrenamiento normal. Lo más importante es que no te emociones de más, de todas formas tu mismo cuerpo te mandará la alerta.
- Días 5 al 7: “Ya voy de salida”
- Sentirás que el dolor ya no existe, pero tampoco significa que estés “al 100, pariente”. Te tomará cuando menos una semana más para que recuperes y reposes.
¡El agua!
Estamos seguros de que perdiste una cantidad enorme de aguas y sales minerales. Si sentiste un calambre posiblemente se deba a eso.
Ahora tienes que reponer el agua, aunque el cuerpo sea sabio, una de las mejores medidas que puedes tomar es una sobrecompensación, ya después te preocupas por lo demás.
“Entrenar o no entrenar”, ese es el dilema
La respuesta corta: NO.
La respuesta larga: No entrenes el tren inferior durante la primera semana. Sólo realiza caminatas cortas, bicicleta o elíptica sin carga. Recuerda que tuviste un gran desgaste.
A partir de la segunda semana ya puedes agregar trote ligero, pero no dejes que la vigorexia te gane.
Ya a partir de la tercera semana es momento de recuperar tu ritmo, replantearte tus objetivos y prepararte para lo que sigue.
¿Y qué sigue?
El principal problema se conoce como “depresión de maratonista”. Básicamente es la sensación de que después de haber conquistado una distancia de 42.195 kilómetros no hay nada más que hacer. Es un vacío existencial que te hará creer que no existe nada más.
Pues no.
El Maratón es la prueba máxima para muchos, pero también es momento de replantear nuevos objetivos (y aprovechar tu descanso para ello).
Entre tus próximos objetivos puedes tener:
- Correr otro maratón, en un lugar que no conozcas
- Bajar tu tiempo el siguiente año
- Bajar el tiempo en medio maratón, 10k y 5k
- Entrenar para un trail
- Correr ultramaratones
- Hacer un Spartan
Y muchas más.
Las opciones ahí están ¿qué harás después de esta etapa de recuperación?